terça-feira, 8 de julho de 2008

Carla em entrevista a Gente online




Segue a entrevista de Carla Peterson a Revista Gente online ( texto em espanhol)
não me arisquei a traduzi-la ainda, mas amanhã posterei a tradução...
“Soy más querida de lo que pensaba”
A los 34 vivió su noche dorada: vestida de gala y acompañada por su amor francés, ella y Lalola –la tira que protagonizó– se alzaron con 9 Martín Fierro, incluido el de Oro. A horas del festejo, habló de todo: la casa que quiere, las ambiciones que tiene y esa familia que todavía se debe.
Y el Martín Fierro de Oro es para... ¡Lalola!”. Imaginó la frase una y mil veces, confía ahora. Escucharla, estar ahí, asegura, no fue lo mismo: “Es... no sé, como que el corazón te late más fuerte, llegan los nervios, te abrazás a todos, estás tan feliz que no sabés si reírte, llorar o qué, pero la gente te va llevando al escenario y de golpe te encontrás frente al micrófono con el premio en la mano y no te querés olvidar de nadie a la hora de los agradecimientos, pero te traiciona la memoria y...”

–...te olvidaste de varios.–
Sí, principalmente del canal, de América (risas). Pido perdón, pero todo no se puede... Y eso que había descargado un par de nombres cuando subí por el de Mejor Actriz de Comedia. Ese es grosso también, eh... Estoy de festejo, me despierto y me acuesto con una sonrisa eterna de oreja a oreja.
–¿No tendrá que ver con el chico que te acompañó a la entrega de premios?
–Y... la alegría tiene que ver con todo.
–Al fin oficializaste la relación.
–En realidad quería estar acompañada; no fue un formalismo que venga.
–Te aviso que él también fue el comentario de la noche.
–Ay, gracias. ¿Viste qué lindo es?
–De publicidad, dijeron todas.
–Sí, pero no: eligió estar del otro lado del mostrador y es publicista, nada más.
–Un año llevan. ¿Cierto?
–Más también. Y estamos bien. Me gusta. Me gusta que no sea del medio, sobre todo.
–Pensé que eso podía ser una contra.
–Para mí no: está bueno que él tenga su mundo y yo el mío.
–¿Me contás todo lo que me puedas contar de tu amor francés? Se conoce poco y nada de él.
–Eso no es casual. Pasa que me gusta resguardar la relación. Además, él quiere mucho a la Argentina, así que no lo espantemos... Pero te cuento: como bien decís, es francés, tiene mi edad, llegó acá hace un año y medio, trabaja en una agencia de publicidad, estudia Literatura y Filosofía, le gusta mucho el teatro, nos presentó un amigo y estamos muy bien.
–Pero no te animás a la convivencia todavía.
–Por ahora cada uno vive en su casa. Eso sí: vale que él duerma en la mía y yo en la suya. Aunque sólo llegamos a la invasión del cepillo dental, la idea de irnos a vivir juntos está. Si no, no estaríamos.
–Ya conociste a tus suegros...
–Sí, cuando terminó el programa, me tomé vacaciones y nos fuimos juntos a Francia y ahí conocí a su familia. Divinos, son divinos, muy agradables...
–¿El habla castellano o vos francés?
–El castellano. Y yo quiero aprender, pero no tengo tiempo...
–Te puede enseñar...
–Sería aburrido. Prefiero compartir otras cosas.
–Pecás de discreta, ¿sabías?
–Ja, ja, ja. En realidad peco de varias cosas...
Hoy, viernes 4, dos días después de “su gran noche”, Carla vuelve a lo suyo: la actuación. “¡Estoy tan contenta...! Igual, ojalá que éste no sea el momento más feliz de mi vida, porque sería el último y espero tener muchos más... ¿Te dije que suelo pecar de optimista? Ja, ja, ja...”. Y arranca bien temprano, a las siete de la mañana, con las primeras tomas de lo que será la apertura de su próximo y segundo protagónico de tevé: Los exitosos Pells, otra idea de Sebastián Ortega para Underground Contenidos y Endemol Argentina. “Cuando me llamó Sebas para decirme que tenía algo nuevo para mí, dije: ‘Chau, si antes me hizo hacer de hombre, ahora, mínimo, me ofrece un papel de oso panda...’. Pero no. Voy a ser una conductora de noticias. Me llamaré Sol y seré la esposa de Martín Pells, un famoso matrimonio de periodistas al estilo de Mónica y César... Me tocó otra comedia romántica y disparatada”, adelanta. Después de las grabaciones frente a cámaras, llegan las tomas de Gabriel Machado para las gráficas. En Studio Clic y junto a Mike Amigorena, su nuevo amor de mentira, Carla posa con traje de saco y pollera. “Ahora llevo otro look. Por eso el pelo. Me corté más. ¿Viste? Para cambiar la onda de Lola...”.

–Te va a costar divorciarte de ese personaje, ¿no?
Pero sí, es difícil. Lo único que me va a ayudar a despegar es, precisamente, hacer otro personaje diferente. Fue fuerte Lalola, tanto que yo misma quería llegar a casa para ver el programa, porque me divertía. Y no me pasó sólo a mí. Por algo se vendió a más de cincuenta países y es fuerte que te llamen de España o de Estados Unidos para pedirte que vayas a charlar con los actores que harán el papel que creaste vos...
–Ahora que la conocés bien, nombráme tres contras que tenga la palabra éxito.
–¡Guauuu! ¿Contras...? Se supone que es una palabra buena, ¿o no? Cuando me llamaron para Lalola me dijeron que el programa iba a ser un éxito mundial. Y yo decía: ¿qué es eso?, ¿cómo es? Y ahora que recibí el premio más importante, lo sé. Es una gran satisfacción enorme, es el mimo, el reconocimiento... Por eso me cuesta verle contras. En realidad, yo soy una chica muy positiva y trato de quedarme con lo mejor siempre. Ayer, por ejemplo, salí a la calle y te juro que no hubo una persona que dejara de felicitarme. Lo mejor de haber ganado el Martín Fierro de Oro fue todo lo que vino después: los llamados y la alegría de la gente me hicieron tomar dimensión de que soy más querida de lo que pensaba. La gente siempre fue muy cariñosa conmigo, incluso cuando hacía de mala. Imagináte ahora, que me toca hacer de heroína...
–La prensa...
–Bien. Me llevo muy bien. No pude escapar de los paparazzi, y eso que llevo una vida bien tranquila. Pero más de una vez me siguieron o se me aparecieron de atrás de un árbol... y mamma mía, me dejaron al borde del infarto... Pero soy una agradecida de la prensa.
–Lalola te abrió la puerta de cincuenta países. ¿Te irías a trabajar afuera?
–Ahora es un poco tarde, porque ya arranco con la serie nueva. Pero aunque soy una agradecida de poder trabajar acá, amo a mi país, quiero a la gente y todo..., ya no lo descarto. Me tienta vivir un tiempo afuera, conocer la forma de trabajar de otros colegas y otros productores.
–¿Sos más cara ahora?
–Supongo que sí...
–¿Cómo? ¿Todavía no arreglaste tu cachet?
–Sí, pero antes del Martín Fierro. Ja, ja, ja... Creo que me debo una charla con los productores, ¿o no? De última, empeño la estatuilla...
–¿La de Oro te la quedás vos?
–Por ahora la llevo a todos lados en el bolso. Si me la reclaman, les voy a pedir que me manden a hacer una igual a la casa del trofeo. Si no, va a mi biblioteca.
–Ahora que aumentó tu cotización, ¿en qué pensás invertir?
–En mudarme a una casa con más luz, un poco más grande y fuera de Palermo, que está siendo aplastado por esas torres espantosas.
–¿Todavía estás en el PH de dos ambientes?
–Sí, once años hace que vivo ahí ya. Era hora de mudarme, ¿no? Pero adoro ese departamento y hasta ahora no necesitaba más. Pero creo que sí, que cumplió una etapa. Porque si el nuevo programa me deja algo de tiempo, voy a buscar algo lindo y más grande en Capital.
–¿Casa para dos?
–¿Quién te dice...?
¿Por qué no?
Primero la tengo que encontrar.
–La familia, ¿una deuda?
–Y pendiente, sí. Quiero hijos. Me gustaría. Es algo que me va a pasar cuando me tenga que suceder. No soy de planear mucho las cosas. Aunque no lo crean, todo lo que me pasa surge así, sin forzarlo, como algo muy natural...

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